No se recordaba ya en Murcia una racha de tres partidos consecutivos acabados en victoria. Habríamos de remontarnos a la época de Lucas Alcaraz, en la temporada en la que el conjunto grana ascendió a la añorada Primera División en Ponferrada allá por mayo de 2007. Dos años después, tras un centenario maldito, el Real Murcia encadena nueve puntos seguidos y con ellos y un partido menos sale del descenso perpetuo de 2008. Primero un débil Alicante que cayó 0-2 en su casa, luego el Albacete en casa y ahora le ha tocado el turno al poderoso Salamanca, que no ha ganado aún en el nuevo año y que esperaba con ganas al equipo pimentonero para acabar con esa mala racha.
El del Helmántico fue un partido duro, con alternativas en el marcador, en el que el Murcia sacó a relucir su ‘librillo’, demostrando que el causante principal de la situación deportiva hasta la fecha era un señor de Baracaldo que no entendía ni a los jugadores ni a la categoría. Cuando hubo que atacar, se atacó (y bastante bien, por cierto), y cuando hubo que defender, se defendió. No con demasiado acierto ya que el conjunto local hizo dos goles (tras dos partidos imbatido) remontando así el gol inicial de Capdevila. Pidió fuera de juego la parroquia charra, pero estaba equivocada, ya que en el córner que propició el tanto, el balón lo peina en el primer palo un jugador salmantino.
Luego empató el Salamanca, tras el doble lanzamiento de un penalti por dudosa mano de Ochoa que no dudó en señalar Pino Zamorano. Quique Martín empataba el partido al final de una primera parte en la que el Murcia dio muy buenas señales. De haber estado un poco acertados en la línea de tres cuartos quizá nos hubiéramos ido al descanso con una contundente ventaja visitante. No fue así y al dar un pasito para atrás, el Salamanca cogió las riendas del partido. Quique Martín empataba poco antes del final de los primeros cuarenta y cinco minutos.
Poco después de empezar la segunda parte, Miku adelantaba al Salamanca. Lo estaba mereciendo y la lógica hablaba así: el que juega en puestos de ascenso tiene que ganar al que está en descenso. Pero es lo bonito del fútbol, que es imprevisible. Poco a poco el Murcia fue ganando terreno y acercándose a la portería charra. La presión tan arriba que practica el equipo de Campos fue crucial para los contraataques que a la postre serían los causantes de la remontada grana.
El gol del empate llegaría tras un lanzamiento de penalti de Bruno Herrero cometido sobre Núñez, de nuevo pitado tras una jugada dudosa. Perfecto el disparo del mediocentro ex del Sevilla, muy querido en El Helmántico tras su paso la temporada pasada por el Salamanca.
Pero el Murcia sabía lo que hacía y sabía qué tenía que hacer para ganar el partido. Necesitaba un golpe de suerte para completar el buen trabajo de presión sobre el Salamanca y lo tuvo. A falta de pocos minutos, metidos ya en los 80', una nueva contra del conjunto grana, llevada por Núñez (qué partidazo hizo el campeón de Europa con el Liverpool), la remataba De Lucas a puerta vacía con la pierna izquierda después de que Núñez salvara el intento de robo de los defensas y del portero salmantinos.
Debut del pequeño de los Alonso
Con el 2-3 en el marcador, Matías Alonso sustituyó a Despotovic, debutando así en Segunda División con el primer equipo. Incluso disparó a puerta con peligro en el tiempo que estuvo sobre el césped. El Salamanca, por su parte, lo intentó colgando balones al área de Elía, pero el meta pimentonero esta vez estuvo soberbio, muy seguro, y no dio opción alguna de empatar de nuevo el partido. Sin embargo, no estuvieron exentos de polémica estos últimos minutos, ya que la afición local pidió penalti tras una caída dentro del área del gigante Azkorra tras intentar regatear a De Coz. No tenían razón alguna para protestar: se tiró descaradamente.
Ahora toca pensar en la cuarta, en ganarle a un difícil Celta de Vigo el próximo miércoles, y en seguir fuera de los puestos de descenso. Lo impensable se ha hecho realidad: el Murcia ha vuelto.
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