Iván Alonso, cual Ave Fénix, fue el elegido por los dioses para resurgir del ostracismo al que le sometió Clemente y liderar al Murcia. Pronto llevó peligro a la meta de Unanua, que salvó un par de acciones de peligro antes de que el uruguayo marcase el 0-1 con la pierna derecha en un mano a mano antes de la primera media hora de juego.
No muchos minutos después, un centro al área golpeaba la mano de un defensor alicantino en un salto con Bruno y el árbitro señalaba el punto de penalti. El especialista,el charrúa Iván Alonso, vestido de rey mago, lo lanzaba flojito y al lado derecho de Unanua. 0-2 y fiesta en la grada, ocupada por 600 aficionados del Murcia.
Esta vez la historia no se repitió. El Murcia no se vino abajo, como en otras ocasiones, y dominó el partido de manera fea y típica de Segunda División. Muy correcto atrás, con Ochoa, Peña, Campos y De Coz desconocidos, y con un espectacular Movilla, el equipo de Campos aguardaba su oportunidad para marcar el tercero.
Hay que destacar al calvo Movilla. El mediocentro hizo un señor partido con mayúsculas, perfecto en el corte, ocupando el centro del campo con solvencia y moviendo al equipo como ningún otro jugador lo había hecho hasta hoy. ¿Por qué jugaba Guerreiro en vez de este hombre? ¿Por qué lo hacía Mejía?... preguntas sin respuesta que sólo conoce una persona, un Javier Clemente que fue la última (y la peor) decisión de Jesús Samper.
A falta de veinte minutos para el final, Campos introdujo su primer cambio como míster grana. Ranko Despotovic sustituía al rey mago, Iván Alonso, que con dos goles había regalado a su Murcia tres puntos importantísimos en la primera parte.
Luego sería Núñez el que se marcharía a los vestuarios para resguardarse de la lluvia. Montoro entraba en su lugar para colocarse en la banda derecha.
Con trece minutos por jugarse, el Alicante dispuso de su mejor oportunidad para hacer gol. En un fallo de marcaje de la zaga, que no encontró sustituto en el macizo central para Campos cuando cayó a banda con la intención de cortar un ataque por el flanco izquierdo, Francisco se quedaba solo dentro del área, recortaba a Elía y lanzaba el balón fuera en un forzado remate. Gozaría Francisco de otra oportunidad clara, aunque ésta en fuera de juego, pocos minutos después al cruzar demasiado un disparo.
Otro defenestrado por Clemente, Kabous, tuvo diez minutos a su disposición para ganarse el puesto. Sustituyendo a Capdevila, el marroquí se colocó en el centro del campo mientras Aquino ocupaba la banda izquierda. De 4-4-2 a 4-5-1.
Poco a poco el partido fue llegando, con alguna patadita que sobraba (por parte de Kabous y Montoro), al término de los 90 minutos. Al final, 0-2, victoria para el Real Murcia, tres puntos importantísimos y comienzo de una era que promete más trabajo, más murcianía y más murcianismo que nunca.
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